Ubicada en el sureste de la República Dominicana, Isla Saona es una joya caribeña que deslumbra con sus playas vírgenes de arena blanca, aguas cristalinas de color turquesa y una biodiversidad fascinante. Esta isla forma parte del Parque Nacional Cotubanamá, un área protegida de gran valor ecológico y cultural. Visitarla es una experiencia que combina belleza natural, tranquilidad absoluta y un toque de aventura, convirtiéndola en uno de los destinos más solicitados del país.
Un destino de ensueño




Isla Saona parece sacada de una postal. Su paisaje es lo que muchos sueñan al imaginar el Caribe perfecto: cocoteros que se inclinan hacia el mar, playas amplias sin aglomeraciones, brisa suave y un ambiente que invita al descanso absoluto. Es, sin duda, uno de los lugares más bellos de la República Dominicana, y por eso recibe miles de visitantes al año, tanto turistas internacionales como locales.
La isla tiene una extensión de unos 110 kilómetros cuadrados, lo que la convierte en una de las más grandes del país. A pesar de su popularidad, gran parte de ella permanece intacta y virgen, gracias a su estatus de área protegida dentro del Parque Nacional Cotubanamá, antes conocido como Parque Nacional del Este. Esto garantiza que su flora, fauna y paisajes naturales estén preservados y cuidados por las autoridades ambientales.
Cómo llegar a Isla Saona
La excursión a Isla Saona comienza normalmente desde Bayahíbe, un pequeño pueblo pesquero ubicado en la provincia de La Altagracia. Desde allí, se parte en catamarán o lancha rápida hacia la isla, en un recorrido de aproximadamente 45 minutos. Durante el trayecto, los visitantes disfrutan de paisajes marinos increíbles y, muchas veces, música y bebidas típicas que amenizan el viaje.
Algunas excursiones también salen desde Punta Cana o La Romana, incluyendo transporte terrestre hasta Bayahíbe, lo que convierte la experiencia en una aventura de día completo.
La “piscina natural”: un espectáculo en medio del mar
Uno de los momentos más icónicos de la excursión es la parada en la famosa “piscina natural”, una zona de aguas poco profundas en medio del mar Caribe. Aquí, el agua es tan clara y tranquila que da la impresión de estar en una gigantesca piscina natural. Es el lugar ideal para tomar fotografías, nadar con tranquilidad o simplemente relajarse mientras se contempla el horizonte.
Además, en este sitio es común encontrar estrellas de mar, aunque actualmente se recomienda no tocarlas ni sacarlas del agua, como parte de una campaña de protección a la fauna marina. Esta parada se convierte, sin duda, en uno de los recuerdos más memorables de la visita.
Qué hacer en Isla Saona
Aparte de disfrutar de sus increíbles playas, Isla Saona ofrece múltiples actividades para todos los gustos:
- Snorkel: Las aguas cristalinas son perfectas para observar peces de colores y formaciones coralinas. Algunas excursiones incluyen equipos y guías para explorar zonas seguras.
- Paseos ecológicos: En la isla habitan especies endémicas como iguanas, aves y tortugas. También es hogar de manglares y lagunas que se pueden recorrer con guías autorizados.
- Descanso total: Para quienes buscan relajarse, las playas de Saona son perfectas. Se puede descansar en hamacas bajo las palmas, tomar el sol o disfrutar de un cóctel tropical mientras se escucha el sonido del mar.
- Comida típica: Muchas excursiones incluyen un almuerzo en la playa con platos locales como pescado fresco, arroz con coco, ensaladas tropicales y frutas. También suele haber barra libre con ron dominicano, cerveza y jugos naturales.
Mano Juan: el único pueblo en la isla
La isla alberga una pequeña comunidad llamada Mano Juan, un pintoresco pueblo de pescadores con casas de madera pintadas de colores vivos. Aquí viven menos de 500 personas, la mayoría dedicadas a la pesca o al turismo. Algunos tours ofrecen la opción de visitar este encantador rincón, donde se puede conocer la vida cotidiana de sus habitantes, comprar artesanías hechas a mano y aprender sobre proyectos de conservación como el santuario de tortugas marinas.
Conservación y sostenibilidad
Isla Saona es parte integral del Parque Nacional Cotubanamá, un espacio protegido que abarca tanto zonas terrestres como marinas. Por ello, se aplican regulaciones estrictas para evitar el daño ambiental. El Ministerio de Medio Ambiente de la República Dominicana trabaja junto a operadores turísticos y organizaciones comunitarias para promover un turismo responsable.
Es vital que los visitantes respeten las reglas del parque: no dejar basura, no recolectar flora ni fauna, evitar tocar las estrellas de mar, y usar protector solar biodegradable para proteger los arrecifes. El objetivo es que futuras generaciones puedan seguir disfrutando de este paraíso en las mismas condiciones prístinas en las que lo encontramos hoy.
¿Cuándo es el mejor momento para visitar?
El clima en Isla Saona es cálido durante todo el año, con temperaturas promedio que oscilan entre los 27 y 32 grados Celsius. La mejor época para visitarla va de diciembre a abril, cuando hay menos lluvias y el clima es más seco. Sin embargo, incluso durante la temporada de verano o lluvias (de mayo a octubre), las excursiones continúan y se disfrutan igual, aunque conviene revisar el pronóstico del tiempo antes de planear el viaje.
Consejos útiles para tu excursión
- Lleva ropa ligera, traje de baño, toalla, sombrero o gorra y gafas de sol.
- Usa bloqueador solar biodegradable para cuidar el ecosistema marino.
- Lleva una cámara resistente al agua o una funda impermeable para tu móvil.
- No olvides dinero en efectivo, en caso de querer comprar artesanías o dar propina a los guías.
- Si te mareas en el mar, toma una pastilla contra el mareo antes del viaje.
Una experiencia inolvidable
Una excursión a Isla Saona es mucho más que un paseo en barco: es una conexión directa con la naturaleza, una pausa en el ritmo acelerado de la vida moderna y una oportunidad para redescubrir la belleza simple del mar, la arena y el sol. Es también una invitación a valorar y proteger uno de los ecosistemas más delicados y hermosos del Caribe.
Ya sea en pareja, con amigos o en familia, esta experiencia se graba en la memoria como uno de esos momentos que parecen sacados de un sueño tropical. Isla Saona no solo encanta por su belleza natural, sino también por la calidez de su gente, la riqueza de su biodiversidad y la promesa de una escapada perfecta, donde el tiempo parece detenerse y lo único que importa es disfrutar.








